La estimulación sensorial se empezó a utilizar en la década de los 70 como apoyo para aquellas personas con algún déficit psíquico o físico con el fin de que interactuaran con el medio a través de ella. A finales de los años setenta, Jan Hulsegge y Ad Verheul, dos terapeutas holandeses, experimentaron sobre este tipo de espacios, llegando a tener tanto éxito que crearon una unidad sensorial y establecieron una palabra para definir este concepto: snoezelen, contracción de los verbos snuffelen (explorar) y doezelen (relajarse).En el aula multisensorial se consigue potenciar las relaciones positivas y se logran grandes mejoras en la concentración y la coordinación. Los espacios sensoriales constan de diferentes rincones: visuales, olfativos, comunicativos e interactivos, cuyo fin es trabajar, con los alumnos, distintos estímulos según las características específicas de cada niño.
Uno de los beneficios mayores que han tenido el diseño de estos espacios es para el trabajo con niños con autismo. Además, niños con dificultades en el lenguaje, en la percepción sensorial, con déficit visual, auditivo (sordos), motórico (parálisis cerebral), plurideficientes (sordomudos), son algunas de las discapacidades con las que se suele trabajar y que presentan mejores resultados.
Para trabajar en los diferentes rincones debemos:
- tener presentes a los diferentes niños que estarán en ella ya que, según sus características, los materiales y actividades deberían presentarse al alumno, de forma gradual y variarlas para que no resulte monótono.
- los rincones han de estar separados por ejemplo por colores, olores, sonidos, o bien por cortinas o cambio de texturas en el suelo.
- dentro del aula o espacio sensorial debería de haber uno dedicado a la espera o preparación, en el cual el niño se prepara para entrar al espacio de sensaciones.
- hay que mencionar que no en todos los espacios tiene que haber los mismos rincones, los cuales variarán en función, como ya hemos mencionado, de los peques y sus características sobretodo.
- los materiales que se utilizan en estos espacios dependen de; el objetivo que queramos cumplir, de las características de los alumnos y de los estímulos que queramos trabajar con los niños. Pero en la mayoría de los espacios o aulas de estimulación sensorial suelen contar con; camas de agua, piscinas de bolas, cojines vibro masaje o paneles táctiles.
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