domingo, 18 de marzo de 2018

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE EL ESPECTRO AUTISMO.

Los trastornos del espectro autista (TEA).

Son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEAgifted en inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.
que los diferencien de otras personas, pero es posible que quienes tienen un TEA se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas. Las destrezas de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad (dotadas, o 
Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.

Signos y síntomas.


Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales, emocionales y de comunicación. Es posible que repitan determinados comportamientos o que no quieran cambios en sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen distintas maneras de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas. Algunos de los signos comienzan durante la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.
Los niños o adultos con TEA podrían presentar las siguientes características:
  • No señalar los objetos para demostrar su interés (por ejemplo, no señalar un avión que pasa volando).
  • No mirar los objetos cuando otra persona los señala.
  • Tener dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras personas.
  • Evitar el contacto visual y querer estar solos.
  • Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
  • Preferir que no se los abrace, o abrazar a otras personas solo cuando ellos quieren.
  • Parecer no estar conscientes cuando otras personas les hablan pero responder a otros sonidos.
  • Estar muy interesados en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con ellas.
  • Repetir o imitar palabras o frases que se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en lugar del lenguaje normal.
  • Tener dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos habituales.
  • No jugar juegos de simulación (por ejemplo, no jugar a “darle de comer” a un muñeco).
  • Repetir acciones una y otra vez.
  • Tener dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la rutina.
  • Tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.
  • Perder las destrezas que antes tenían (por ejemplo, dejar de decir palabras que antes usaban).

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