sábado, 31 de marzo de 2018

TERAPIA CON ANIMALES PARA NIÑOS CON NEE

Siempre se ha dicho que los animales de compañía son el mejor amigo del hombre. Pero si vamos más allá, algunos animales se pueden convertir en terapeutas rehabilitadores y porque no, también en asistentes para niños con discapacidad.
Como es sabido, a nivel terapéutico animales como los caballos o los delfines son muy beneficiosas para niños con parálisis cerebral, autismo o síndrome de DownLa terapia con este tipo de animales resulta favorable tanto a nivel físico, psíquico, como social para los niños.

Numerosos estudios han demostrado que los sonidos emitidos por estos los delfines van más allá de la comunicación oral, penetran en nuestro sistema hasta lo más profundo de las conexiones neuronales, generando un cambio en ellas, ayudando así a crear de nuevas lo que comporta un cambio significativo a nivel físico por ejemplo en los niños con parálisis cerebral, los cuales llegan a notar cierta relajación neuromuscular que facilita y mejora la ejecución del movimiento.
Lo mismo ocurre con la equino terapia, puesto que el calor que desprende el caballo actúa de relajante muscular. La vibración de las galopadas también modifica las conexiones neuromusculares variando patrones posturales, mejorando el movimiento ya sea en situaciones de hipertonía o hipotonía. Esta compleja terapia a nivel rehabilitador se convierte en un juego motivador para los niños, puesto que se genera un vínculo interactivo entre el caballo y el niño, comunicación no verbal que beneficia habilidades sociales en niños con autismo o incluso con retraso mental.
En ese sentido, la interacción con los caballos o con los perros para los niños con autismo significa una mejora de habilidades sociales aunque en un principio parezca lo contrario por la ausencia de la comunicación oral. Pero sin ir más lejos, el juego que puede hacer partícipe a un niño con autismo con un perro le ayuda en su base social, ya de por sí, reducida a consecuencias del síndrome de espectro autista. Animales como el perro o el caballo desprenden sentidos emocionales innatos como la emoción, alegría o la tristeza, estas habilidades sociales son carentes en estos niños, eso es lo que favorece la ejecución de estas terapias con animales para ellos.



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